El auto eléctrico proporciona grandes ventajas en el uso de energía y en el diseño de su estructura; por ejemplo, considerando que el motor impulsa exclusivamente una rueda, y que va conectado directamente a ésta, una de las ventajas de estos motores es que los fabricantes pueden usar para otras cosas el espacio ocupado por el motor convencional, ya que esos motores están acoplados directamente a las ruedas del vehículo. Esto abre una rica gama de posibilidades para los diseñadores de automóviles cuando se enfrentan al diseño de un nuevo vehículo.
Como ventaja adicional, al poder prescindir de la transmisión y el diferencial, se reducen las pérdidas de fuerza de empuje y el nivel del desgaste mecánico. Es más, el accionamiento directo e individual de cada rueda puede mejorar la respuesta del vehículo y su seguridad al circular.
Un equipo de investigadores está desarrollando no sólo los componentes individuales sino también el sistema completo. Su automóvil de prueba, conocido como "Frecc0", les sirve como plataforma científica para comprobaciones.
A partir del próximo año, los fabricantes de automóviles y sus proveedores principales también podrán usar el Frecc0 para poner a prueba sus nuevos componentes. La base de este modelo de demostración es un automóvil existente: el nuevo Artega GT, fabricado por la empresa Artega Automobil GmbH.
El establecimiento de esta plataforma y la ingeniería del motor que impulsa exclusivamente una rueda son sólo dos de los proyectos del conjunto a desarrollar por el FSRE (Fraunhofer System Research for Electromobility). La iniciativa está enfocada hacia objetivos que incluyen el diseño del vehículo, la generación de su fuerza de empuje, las técnicas que le permitirán un almacenamiento eficiente de energía, la integración del sistema técnico y hasta los aspectos sociopolíticos.
La meta es desarrollar prototipos de vehículos eléctricos e híbridos, para ayudar a la industria automotora alemana a comenzar la transición definitiva hacia los vehículos eléctricos.
Ahora bien, la tecnología del auto eléctrico no es nueva, desde hace mucho tiempo se ha intentado hacer llegar a la mayor parte de la sociedad esta tecnología, pero debido a cuestiones sociopolitícas no ha sido posible.
En el documental "¿Quién mató al auto eléctrico?" muestra como en 1996 General Motors (GM) decidió fabricar y vender el EV-1, un coche construido en aluminio y elementos reciclables lo cual resultó un éxito, hasta el Gobierno de Californía en Estados Unidos implementó una ley para incrementar su uso y contrarrestar los daños ecológicos. Años más tarde GM canceló el programa y pidió que le devolvieran los autos, la mayoría de ellos fueron destruídos.
El documental pone en tela de juicio a lo más alto del panorama político y empresarial de EEUU. Siguiendo el estilo de directores como Michael Moore, el polémico director de Bowling for Columbine, Paine se suma a la larga saga de cineastas que hacen cine de denuncia social e intentan desmantelar los fraudes y las mentiras de la administración estadounidense.
A partir de este hecho, Paine investiga en su documental las causas de la repentina y misteriosa muerte del coche eléctrico, los intereses que pueden esconderse tras su forzada "eliminación" y quiénes fueron los beneficiados de todo este proceso.